Y cerca de "la Gasca" siempre "el Perotes", mi abuelo. Un superviviente que siempre supo estar ahí, liderando la familia. Mi gran aliado. Esta va para el yayo, y su eterna boina...
El Trono, la simpleza de lo sutil.
Un calor de justicia en mayo hace que cambiemos la quedada bloquera de Foz Calanda a 38º por el Open de boulder en el Fanatic de Lérida, el primero en el recién estrenado roco del Edu Marín y su padre "novato", con los que estuve conversando un rato recordando nuestro encuentro en Teruel con motivo del Mendi Tour en 2022.
Javi Nieto vuelve a Las Alhambras 35 años después de aquella primera ascensión a la aguja Eva, en esta ocasión compartiendo cuerda con Javi Magallón. Ambos escalamos esta "espectral" punta que recuerda la figura de un fantasma enojado envuelto en una sábana.
Como recuerdo a mi segunda madre, a esa mujer guerrera, a Manuela "la Gasca". Gracias, abuela del alma mía.
La segunda, la abrimos Salva y yo pensando desde el primer momento que no podría llamarse de otro modo, un gran elefante lanudo, con su trompa y todo.
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En el antiguo Egipto, las esfinges representaban a seres fabulosos que custodiaban los templos. Icónicas y extraordinarias. Como la que aparece en Las Alhambras al final del pasillo de esa catedral de agujas...
Y el día de la madre le hincamos el diente a la otra. Ambas con Pilar, que parece que se anima.
La Torre del Pilar (o el Cuchillo), con seguridad una de las mejores cimas de Las Alhambras. Abrimos en libre una preciosa variante a la vía del 74 de Pepe Utrillas y Quique Lapeña ya que los "artifos" de la vía original nos parecieron exigentes y comprometidos. En la cima todavía resistía el artilugio con aro -aunque sin el espejo con el que Pepe se marcó un "selfie" de época- y la chapa metálica con los nombres de los aperturistas de aquella línea pionera, había desaparecido la Virgen del Pilar. Fue una maravilla rememorar todos esos momentos.
Respecto a la segunda aguja, su tapia alberga una matriz imaginaria que recuerda al felino que asoma entre el Pic del Cabriols y el Calderer en la cara norte del Pedraforca, el Gat, de ahí su nombre.
Dos aperturas compartidas, la primera con Salva, la otra con Pilar. Con esta pareja siempre bien.
La difícil de las fáciles, la fácil de las difíciles. Física y vertical, suficientemente equipada, grado ochentero. Con el UBSA completo el grupo de las más repetidas junto a la Pany, la Valencianos y la Piratas.
