Descifrar los secretos de la gran balma frente al Monumento Natural del nacimiento del rio Pitarque fue nuestro objetivo aquella mañana de finales de diciembre de 2022, una propuesta arriesgada solo apta para recalcitrantes buscadores de causas perdidas, sin embargo aquel día nuestras expectativas fueron superadas con creces, las entrañas del gigantesco arco adintelado nos ofrecieron uno de los lugares más espectaculares que hemos conocido, dos preciosos pasillos colgados de más de 100 m de longitud y orientados al sol de la mañana que nos permitieron admirar a vista de pájaro la surgencia karstica que a borbotones origina el caudaloso y cristalino Pitarque, un apoyadero que rebautizamos como "el Ayoradero" en honor a una de las dos personas que pisaron sus estrecheces por primera vez.

































