El Espolón del Latonar, una preciosa escalada de aventura en la que descubrimos una formación única en 10 largos de cuerda con una dificultad técnica asequible. Un itinerario largo que en realidad se queda corto cuando habitas este entorno grandioso dónde la naturaleza, la paz y el silencio son los indiscutibles protagonistas.
¡Otro planeta!
Reseña técnica
Escalar cerca de los restos de la antigua masía de El Latonar es siempre una experiencia.
Además de la actividad de montaña puedes visitar la cercana central hidroeléctrica y a pocos minutos de esta, la Masía Fonseca. Han transcurrido muchos años desde que se abandonara, pero aún perviven ciertos recuerdos de una de sus principales actividades, la fábrica de hilaturas. Y como colofón el plato fuerte, el puente de Fonseca, uno de los cinco Monumentos Naturales de Aragón.
Diferentes momentos de la escalada. El Latonar de fondo.
Aproximación y descenso: Justo
al pasar el pastor eléctrico situado a 2.7 km del principio de la pista del Higueral, llegando desde Ladruñán, tomar inmediatamente la bifurcación a la
izquierda hacia El Latonar girando 180° por un itinerario zigzagueante de
fuerte pendiente en descenso solo apto para vehículos todoterreno. Aparcar en
el fondo de saco final (aunque un poco más alejado, es aconsejable en la curva
anterior por disponer de mayor espacio de maniobra), 3.2km desde que dejamos el
asfalto al principio. A partir de aquí habrá que caminar 10-15 minutos por el
sendero para llegar al conjunto de masadas, sobrepasarlo hasta llegar al curso
del río. Cruzar el cauce a la altura del pie de vía llegando al inicio del
espolón en pocos minutos.
Del Espolón se desciende mediante un rapel equipado de 30m, para
continuar por el romeral de la cara noreste (más limpio) hasta el cauce del
río, cruzarlo. Buscar el camino que recorre toda la margen izquierda hasta el
puente de Fonseca, salirse a la altura del Latonar (hito) para recorrer
nuevamente la senda de aproximación hasta el vehículo.
Descripción: Se comienza en cara norte buscando una canal bastante rota a la izquierda de una potente pared triangular amarillenta que nos marca el inicio del espolón. Seguir el filo de la arista superando un primer resalte vertical donde encontramos costra a veces inestable, el segundo tras un largo de transición, es mucho más compacto y se supera por unas gradas de buena roca. Se continúa por una placa negruzca hasta enlazar con el borde del acantilado, que seguiremos en ascenso. Tras un caos y una estructura con forma de semicircunferencia llegamos a una especie de fondo de saco del que escaparemos por una bavaresa de fácil autoprotección. Seguir por el filo del espolón, cada vez más estrecho, hasta una laja ligeramente descendente donde un rapel de unos 5 m, equipado con chapa y anilla cerrada, nos permite superar un pequeño techo hasta un estrecho collado dónde montaremos una incómoda reunión en un cuerno de roca. Para el último largo salimos en travesía a izquierdas, protegidos por un parabolt en el paso más fino. Rapel final de 30 m hacia la cara sureste, equipado a base de doble chapa con anilla cerrada.
Rapel final
Vista hacia las Hoces
¡ EL LATONAR, NADA MÁS QUE AÑADIR !
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