Para el que no lo sepa, Josep Barberá fue un gran divulgador y escalador catalán, fundador en 1978 del famoso grupo Cavall Bernat. Paralelamente creo el museo del mismo nombre donde existe una particular colección de objetos, libros, reseñas y material que hace referencia al Cavall, quizás la roca más emblemática de Monserrat. En noviembre de 2004 Ballart y Darder quisieron hacerle un homenaje en Teruel, abriendo una vía de aventura en el Órgano que culmina en una punta nombrada por ellos mismos como el Cavall Bernat de Montoro, también por su parecido razonable con el gigante catalán.
El Cavall Bernat de Montoro culminó el proyecto "100 puntas inaccesibles de Teruel" del que luego se editó un libro, siendo la punta nº-100- escalada por sus autores, Javier Magallón y Luis Torrijo. Fue un 5 de octubre de 2013, llevando a cabo la que probablemente sería la segunda ascensión a la cumbre de la singular aguja casi una década después de su apertura. La cordada bajoaragonesa Urrios-Ferrer-Foz repitieron la vía en septiembre de 2023, sumando otros 10 años a la historia deportiva de esa piedra, no se conocen otras escaladas a la cima.
Gran clásica, poco conocida, con una tirada final dura y muy aérea como guinda del pastel. Los primeros tres largos encadenan pequeñas repisas, canales y diedros con numerosos anclajes naturales y fisuras donde autoprotegerse, escalada típica del Órgano, tercer largo corto pero intenso por un diedro muy exigente hasta el collado, espit en la R2. El cuarto, el tramo clave, se inicia desde el paso estrecho de la cara noroeste escalando en chimenea hasta que la pared madre se aleja lo suficiente, largo evidente y de gran compromiso que a medida que gana altura se hace más mantenido, grieta vertical en prácticamente todo el recorrido, puentes de roca, corta sección de artificial por la interrupción de la fisura, dos parabolts y clavo viejo oxidado, excelente caliza. Reunión de cima a base de dos espits y cordino con maillon para rapelar. Registro de cumbre.
Dani Urrios en el crux del tercer largo.
Aproximación y descenso: Desde la confluencia de los ríos Pitarque-Guadalope se puede acceder fácilmente caminando 10-15 minutos por la nueva senda fluvial. Llegar allí por la pista que desde la Silent Route se dirige hacia el Puente del Vado, el cruce se sitúa a menos de 1 km tras el túnel del Hostal de la Trucha en dirección Ejulve. Ya caminando, en un momento dado habrá que cruzar el cauce para situarnos en el pié de vía, inconfundible por el protagonismo de nuestro objetivo en el conjunto de rocas y paredes.
Para descender, un primer rápel de 25 m desde la cumbre nos deja en el collado donde un clavo con argolla nos permite un segundo descuelgue algo más largo hasta la canal de la cara noreste que nos lleva hasta el río, muy cerca de la pasarela de madera del inicio. Habrá que cruzarlo para encontrar de nuevo el sendero de vuelta.
LA PRÓXIMA... ¿ OTOÑO DE 2033 ?
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